¡Lua, acabo de ver la tienda y WOW! Todo corre tan rápido y limpio que parece otro universo. En solo dos semanas el tráfico se duplicó y la gente me escribe diciendo que ahora sí provoca comprar. Gracias por esa magia y cariño que le pusiste.
Entré a la sesión con la web hecha un arroz con gandules… y salí con un Ferrari. Arreglaste bugs, afinaste el checkout y dejaste el SEO on point en seis horas. Sentí que tenía un escuadrón detrás, pero eras tú con tu varita. ¡Vale oro!
¡Qué cosa más linda quedó! Pasamos de plantilla genérica a historia visual que enamora. Mis clientas ahora se quedan navegando y me mandan DMs diciendo “esa web está brutal”. El tiempo de permanencia subió 68 % y se nota en las ventas.
El rediseño quedó justo como lo imaginaba (o mejor). Y la capacitación… clarita, sin tecnicismos; el team lo agarró de una. Siento que no solo diseñaste la web, sino que nos tomaste de la mano para usarlo sin miedo.